El pasado viernes se presentó la novela de Ulises Cremonte en el Pasaje Dardo Rocha en el marco de su reedición con la editorial incipiente “El morro”.
- * Por Martina Colapaolo
La presentación de la reedición de Los Eventuales de Ulises Cremonte tuvo lugar el último viernes de junio a las 19 hs en el Pasaje Dardo Rocha (7 y 50). El evento no comenzó hasta las 19:25, cuando el último invitado del autor abrió las puertas y recibió un aplauso más bien irónico. “Cuando llegue, aplaudimos todos” gritó alguien al fondo. “Mejor primero hacemos un silencio incómodo, y después aplaudimos” agregó otra fanática de la exposición. Así lo hizo el público, y entonces Victoria Lutczak comenzó a leer.
Los Eventuales fue escrita por Ulises Cremonte 15 años atrás para un concurso. “Un concurso rarísimo, que seguro era para lavar guita”, bromeó el autor. “Encima lavaban mal guita porque ni siquiera había premio en efectivo”, agregó riendo aunque orgulloso de haber ganado el certámen. La novela fue escrita durante dos meses de colonia: mientras Candela, su hija, pasaba sus días de verano en la colonia del club de gimnasia, Ulises se dedicó a escribir a la par de su tesis y algunas lecturas que nunca pudo separar de su proceso creativo.
“A Ariana, el personaje protagónico, la conocí en una cabaña en Villa Gesell. Era una nena que jugaba con Cande, y jugaba a que ella era su hermana. Me pareció genial. Qué hace esa piba cuando crezca con esa pulsión de la eventualidad”. Con el goce de Ariana que disfrutaba de cambiar de familia, Ulises supo proyectar al calor del diálogo un personaje macanudo, y otro enojado por demás, casi malicioso.
La vitalidad de ese personaje tan original le permitió a Ulises jugar con la necesidad de desistir de un narrador y apelar a la voz, que supo testimoniar la eventualidad de un escritor atormentado por semejante concepto. Ulises, aunque es un tipo macanudo, construyó la otra parte de la historia, la respuesta de ese diálogo, a partir de una cuota de maldad indispensable para la escritura. “Hay que querer al personaje como se quiere a un amigo que también se critica”, remató Cremonte.
Esta nueva edición, publicada después de 15 años, vuelve porque la intensidad con la que acompañó al autor es el faro que busca Ulises en sus rutinas de escritura. Para él, Los Eventuales de a ratos entró en caminos sinuosos de recursos literarios repetitivos, quizás en fórmulas esquemáticas, reglas encorsetadas, o diálogos circulares, pero fue en esa negociación y en la afectividad hacia sus personajes donde la novela se convirtió en el desafío del autor.
Para Ulises fue un placer raro estar todos sentados en una sala escuchándolo. Dio las gracias por eso, por el tiempo. También agradeció el lugar, haber llegado, haber descifrado por dónde entrar en medio de las refacciones del Pasaje Dardo Rocha. Se sabe de algunos que dieron hasta tres vueltas manzana hasta que lo lograron. Ulises Cremonte es docente en la UNLP y en la UNA, escritor, y un tipo macanudo. Aunque la malicia lo dejó ejercitar un enojo desconocido en sus relatos, y argumentó su alegato contra los obsesivos bajo la facilidad de escribir una genialidad en apenas un mes y medio de colonia, Los Eventuales lleva 15 años en la cabeza del autor y parece ser lo único que nunca gozará de esa temporalidad inoportuna.